jueves, 31 de marzo de 2011


Teléfono
El término teléfono se refiere al Conjunto de aparatos e hilos conductores con los cuales es posible transmitir a distancia la palabra y toda clase de sonidos, por la acción de la electricidad. En la actualidad, los avances en el campo de la telefonía permiten establecer conexiones con determinados dispositivos capaces de cifrar y traducir otro tipo de mensajes complejos, utilizando las líneas telefónicas.
Algunos datos sobre Alexader Bell
Nombre del personaje: Alexander Graham Bell
Fecha de nacimiento: 3 de marzo de 1847
Fecha de fallecimiento: 2 de agosto de 1922
Origen: Edimburgo, Escocia
Actividad: Científico e inventor
Nacido Alexander Bell, adoptó el nombre Graham por su admiración por Alexander Graham, un amigo de la familia Bell. Alexander fue educado en la Royal High School de Edimburgo, de la cual se graduó a la edad de trece años. A los 16 años, obtuvo una plaza como maestro adjunto de locución y música en el Weston House Academy en Elgin Moray, en Escocia. El año siguiente lo pasó en la Universidad de Edimburgo. En 1866 y 1867 fue instructor en el Somersetshire College en Bath, Inglaterra. Cuando estaba aún en Escocia, se dice que Bell se interesó por la acústica; interés originado por la sordera de su madre. El 7 de marzo de 1876, fue concedida una patente en Estados Unidos por el teléfono. Sin embargo, aparentemente Bell no fue el primero en crear este aparato, sino solamente el primero en patentarlo, pues el 11 de junio de 2002, el Congreso de Estados Unidos aprobó la resolución 269 por la que reconoció que el inventor del teléfono había sido Antonio Meucci y no Alexander Graham Bell.
Los comienzos
La aplicación de la electricidad al ámbito de las comunicaciones —los primeros experimentos en este sentido se remontan a la etapa final del siglo XVIII— supuso un avance decisivo. Si el telégrafo había logrado asociar impulsos eléctricos y letras, sistema que, tras un adecuado procedimiento de descodificación, permitía la transmisión de mensajes a larga distancia, el siguiente paso vendría con La unión de la señal eléctrica y la voz humana. No obstante, en el caso del teléfono, se hacía necesario un elemento intermedio que tradujera ondas sonoras en señales eléctricas y viceversa, un segundo dispositivo capaz de convertir la señal eléctrica en onda de sonido. (foto: primer aparato ideado por Graham Bell)

En 1857, Antonio Meucci (1808-89) (foto) habla inventado una máquina cuyo componente esencial era un elemento vibrador unido a un imán; era el primer aparato telefónico: Aunque Meucci patenté su hallazgo en 1871, el escaso interés mostrado por la compañía a la que le ofreció y las dificultades económicas le hicieron abandonar el proyecto. Por este motivo, sería Graham Bell (1847-1922) quien, finalmente, tras patentar un aparato semejante en 1876, pasaría a la historia como el verdadero padre del teléfono, y ello a pesar de que surgió inmediatamente una disputa legal que no finalizó hasta 1886 y con resultado favorable para Meucci.
A partir de entonces, los avances más señalados derivaron’de la incorporación de bobinas (1913) y de diversas técnicas que hicieron posible mantener más de una conexión sobre la misma línea (1916). Los nombres de Thomas A. Edison, Elisha Gray o Edward Hughes sé encuentran estrechamente vinculados al desarrollo del teléfono.
En una etapa posterior, en los años treinta, se aplicaron cables coaxiales y, ya en la segunda mitad de la centuria, se verificaron las primeras comunicaciones entre continentes y comenzaron las transmisiones vía satélite.
Funcionamiento del teléfono
En un sistema telefónico, la transmisión se basa en el paso, a través de un circuito, de un flujo de corriente cuyas variaciones de intensidad vienen marcadas por las propias variaciones de resistencia de dicho circuito. El aparato encargado de modificar la resistencia de éste, y, por tanto, la intensidad de la corriente, es el micrófono.
El micrófono lleva incorporado un dispositivo de forma cilíndrica, con pequeños granos de carbón —el carbón altera su grado de conductividad de la electricidad en función del factor presión—.
En uno de sus extremos, el micrófono presenta una pequeña membrana móvil que, como si de un tímpano se tratara, varía su presión sobre los granos de carbón, por efecto de las ondas sonoras. La variación de las ondas sonoras genera variaciones de presión en la membrana, de las que se derivan, a su vez, variaciones de intensidad en la corriente que atraviesa el circuito. La intensidad cambia, por tanto, al tiempo que lo hacen las ondas sonoras.
En el funcionamiento del teléfono entra en juego, asimismo, el principio del electroimán —recordemos que se trata de un núcleo de hierro dulce al que el paso de una corriente eléctrica confiere propiedades magnéticas—.
La disposición de una lámina metálica vibrante junto al electroimán del circuito emisor —donde, según se ha indicado, la intensidad de la corriente eléctrica viene determinada por las variaciones de las ondas sonoras en el micrófono—, permite que aquélla se mueva libremente, en función de la corriente y, por tanto, de las ondas sonoras responsables de dicha alteración. La laminilla metálica actúa como cuerpo vibrante emisor de sonido, el mismo que registra el micrófono.
En la central telefónica existe un generador encargado de suministrar la corriente eléctrica de baja tensión que llega al micrófono, conectado en serie dentro de la línea.
Por su parte, el receptor está conectado en circuito local; la corriente procede del transformador que alimenta la propia línea telefónica. Al unir dos aparatos a través de la central queda constituido un circuito de línea, donde aparecen los dos micrófonos intercalados, no así los receptores, que se activan a partir de las variaciones creadas por aquéllos.
Conexiones telefónicas
La primera conexión telefónica pública se verificó en Estados Unidos en 1878, gracias a la instalación de una centralita de funcionamiento manual, que hacía posible la distribución de las llamadas entre los usuarios de la red. Desde la centralita manual —sistema que, en determinadas áreas de España permaneció en uso hasta hace apenas veinte años—, se establecía la conexión a través de una red de clavijas que se introducían en sus correspondientes tomas. La conmutación automática empezó a popularizarse en los años noventa del siglo XIX, con la introducción del disco marcador, sustituido en épocas recientes por los denominados «generadores de impulsos».
En un principio, la interconexión de teléfonos se realizaba exclusivamente recurriendo al tendido de cables; hoy, este sistema se mantiene a nivel local. Sin embargo, para las comunicaciones a larga distancia se emplean actualmente la radio o satélites artificiales.
En el caso de los cables, la experimentación con nuevas tecnologías está destinada a sustituir los tradicionales hilos eléctricos por otros de fibra óptica; en ellos, la señal no es consecuencia de la corriente eléctrica, sino que se genera a partir de una onda luminosa, lo que se traduce en el incremento de la rapidez y la calidad de la transmisión de impulsos. Estas ventajas en cuanto a velocidad y calidad se complementan gracias al desarrollo de dispositivos digitales, que funcionan a partir de señales que se generan y se representan mediante secuencias de ceros y unos. La transformación de cualquier señal en una serie de ceros y unos amplía notablemente las posibilidades de la transmisión a través de redes telefónicas; únicamente es preciso que existan aparatos específicos destinados a codificar y descodificar la’información inicial y final.
Comunicaciones a larga distancia
En las comunicaciones a larga distancia, la señal eléctrica se transforma en la central de conmutación en ondas de radio ultracortas, que pueden ser enviadas y recogidas por antenas parabólicas para su nueva codificación en señales eléctricas, éstas ya destinadas al aparato receptor. Las señales viajan, como la luz, en línea recta.



Evolución de la Telefonica - Feria Digital 2008

la evolución del telefono

Historia del Teléfono

Historia Telefono

El telefono


Teléfono
En el año 1854, el francés Charles Bourseul expuso la idea de utilizar las vibraciones producidas por la voz sobre un disco flexible, con el fin de activar y desactivar un circuito eléctrico y producir las mimas vibraciones en un lugar alejado del cual habían sido producidas. Más tarde el alemán Johann Reis desarrollo un instrumento capaz de transmitir notas musicales, aunque no podía reproducir la voz humana.
No fue hasta 1877, que tras descubrir que para transmitir la voz humana solo se podía utilizar corriente continua, el estadounidense Alexander Graham Bell, construyó el primer teléfono capaz de transmitir y recibir la voz humana con todas sus características.

El primer teléfono
Básicamente el primer teléfono de Bell estaba constituido por un emisor, un receptor y un único cable de conexión. Tanto el emisor como el receptor estaban formados por un diafragma metálico flexible y un imán con forma de herradura en el interior de la bobina. Las ondas del sonido que chocaban sobre el diafragma lo hacían vibrar en el campo magnético del imán. Dicha vibración inducía una corriente en la bobina, que variaba según las vibraciones del diafragma. Dicha corriente se transmitía por el cable hacia el receptor del otro teléfono, en el cual la variación del campo magnético hacia que el diafragma varié reproduciendo el sonido original. Si bien estos equipos podían transmitir la voz, lo hacían muy débilmente.
Más tarde Emile Berliner invento el transmisor telefónico de carbono, que constituye la clave para la aparición del teléfono útil. Dicho invento consta de unos granos de carbono ubicados entre unas láminas metálicas llamadas electrodos (diafragma) que transmite la variación de presión a dichos granos. Los electrodos conducen la electricidad que circula a través del carbono. La variación de presión origina a su vez una variación en la resistencia eléctrica del carbono. En la línea se aplica una corriente continua a los electrodos y la corriente que resulta también varia. Dicha variación de corriente a través del transmisor se traduce en una mayor potencia inherente a la onda sonora original. Dicho efecto se llama amplificación y es fundamental en los teléfonos para reproducir la onda original.
Los teléfonos actuales:
Hoy en día el imán permanente fue reemplazado por una sustancia plástica que se denomina electreto. De la misma forma que el imán, produce un campo magnético permanente en el espacio. De la misma forma que un conductor eléctrico que se mueve en el seno de un campo magnético induce una corriente, el movimiento de un electrodo dentro de un campo eléctrico puede producir una modificación del voltaje entre un electrodo móvil y otro fijo, en la parte opuesta del electreto. Los transmisores actuales se basan en este efecto en vez de la variación de la resistencia de los granos de carbono.
Hoy en día, los micrófonos de carbono fueron reemplazados por micrófonos de electretos, ya que son más pequeños y baratos y además reproducen mejor el sonido. La amplificación de la señal se consigue utilizando circuitos electrónicos. El receptor es un pequeño parlante y puede ser de diafragma o de cono vibrante.
Historia de la central telefónica
El concepto de implantar una central telefónica, por cuyo medio un teléfono pudiese conectarse con otro teléfono, fue propuesto por Edwin T. Holmes, quien dirigió una central de esta clase en 1877, en vínculo con su sistema de alarma contra ladrones en Boston.
En este sistema, el par de hilos que sale de nuestro teléfono van sobre postes, al aire libre o subterráneos, recubiertos de aislante, a un edificio donde cientos de cables semejantes concurren para la interconexión.
En la central con operadoras, que estableció el adelanto tecnológico posterior, había muchas empleadas, sentadas una al lado de las otras, delante de un cuadro de distribución telefónico.
Cada una de estas empleadas estaba provista de un receptor y un emisor, ubicados delante de ellas en un panel, quedando así las manos libres. El frente del cuadro estaba formado por un gran número de orificios pequeños llamados “jacks” y al lado de cada agujero estaba colocada una pequeña lámpara eléctrica. Cada uno de estos orificios representaba el final de una línea telefónica. Entre el operador y la cara vertical del cuadro había un estante angosto, de donde sobresalían cientos de terminales con la extremidad de metal. Estos se llamaban “clavijas”, e iban unidas a los cabos de cordones flexibles.
Cuando un abonado desmontaba su receptor del gancho, se prendía una de las diminutas lámparas del cuadro, y la operadora más próxima tomaba una de las clavijas y la insertaba en el jack adyacente a la bombilla encendida. La lámpara se apagaba, pero al mismo tiempo se encendía otra en el banco al lado del cordón flexible. La telefonista entonces cerraba un conmutador situado en el banco o estante que conectaba su teléfono con el del abonado y decía: “¡Central!” Al recibir el número que se deseaba, la telefonista tomaba otra clavija, la conectaba bajo el banco a la primera, la insertaba en el jack que pertenecía al número pedido y apretaba un botón, que hacía sonar el teléfono de la persona a quien se llamaba.
Tan pronto como la persona, al contestar a la llamada, descolgaba el receptor de su teléfono, la lámpara adyacente al primer flexible se apagaba, indicando a la telefonista que había sido hecha la conexión pedida. Como el teléfono de aquélla era desconectado de la línea después de recibir el número deseado, quedaba la telefonista libre para establecer otras conexiones. Cuando el abonado en una línea volvía a colgar el receptor de su teléfono, la lámpara adyacente al flexible correspondiente se encendía, la telefonista retiraba la clavija, apagándose la lámpara, y se volvía a colocar la pieza en el estante. En una central telefónica activa las lámparas del cuadro estaban continuamente encendiéndose y apagándose, acompañadas de las llamadas, ” ¡central! “, y el tictac de las clavijas.
El otro tipo de medio, cuyo empleo se incrementó luego, a medida que las automatizaciones fueron reemplazando progresivamente a las operadoras, fue aquella en que las conexiones que se hacían por medio una máquina automática, que era dirigida por la persona que hacía la llamada. En lugar de esperar a que la telefonista pregunte el número que se desea, el abonado, de un modo automático, conectaba su teléfono con el de cualquier otro abonado haciendo girar una esfera numerada con las cifras sucesivas del número del teléfono deseado. La máquina automática conecta los dos teléfonos, y el abonado que llama puede entonces hacer sonar directamente el timbre del teléfono del otro abonado.
http://www.geronet.com.ar/?p=67

nacimiento del telefono


Nacimiento del teléfono
Su historia comenzó en el taller de Charles Williams, en la ciudad de Boston, donde se investigaba sobre la electricidad. El entonces nuevo descubrimiento que llenó de admiración al mundo entero inició la carrera para construir piezas y mejorar las maquinarias y aparatos electrodomésticos, abriendo nuevos caminos a la creatividad.
En dicho taller trabajaba Tomas A. Watson, quien sentía entusiasmo y simpatía por todo lo nuevo y se dedicaba de tiempo completo a la invención y perfeccionamiento de artilugios que funcionaran con electricidad.
Ahí tuvo lugar el feliz encuentro entre este inventor y Alejandro Graham Bell, quien tenía la cátedra de Fisiología vocal en la Universidad de Boston, y se había especializado en la enseñanza de la palabra visible (sistema inventado por su padre con el fin de que una persona sorda pudiera aprender a hablar).
El profesor estaba interesado en mejorar su “telégrafo armónico”, aparato de su invención con el que esperaba transmitir en clave Morse 6 u 8 mensajes simultáneos. Así llegó al taller con la finalidad de buscar cauce tecnológico para su invento y ambos creativos comenzaron a trabajar juntos.
Más adelante Graham Bell le dijo a Watson estas palabras: “Si pudiera hacer que una corriente eléctrica variara en intensidad precisamente como el aire varía en densidad durante la producción del sonido, podría transmitir la palabra telegráficamente”. Clave del invento que después se llamó teléfono.
Tras varios intentos, el sueño de Graham Bell pudo materializarse en 1876, con una conversación entre ambos personajes transmitida de una habitación a otra por medio de un aparato. Por primera vez se escucharon las palabras: “Señor Watson, venga, le necesito”. Esta transmisión se considera como el nacimiento del teléfono.
El nuevo invento fue presentado como una realidad en la Exposición del Centenario de Filadelfia en 1876, y a partir de entonces los avances en telefonía han sido extensos e impactantes hasta lo que hoy llamamos teléfonos celulares.
http://sepiensa.org.mx/contenidos/2006/s_telefono/telefono_1.htm